El Fuerte de Samaipata

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Dicen que fue un centro ceremonial de antiguas culturas precolombinas, hay quienes piensan que en realidad fue un observatorio astronómico y hasta hay quienes se aventuran a afirmar que el lugar es puerto de salidas y llegadas intergalácticas. Por si todas esas conjeturas no fueran suficientes, diremos acá que lo que allí realmente hay es un gigante de piedra que duerme de bruces y en cuya espalda, chanés, guaraníes, incas, españoles, extraterrestres y bachilleres dibujaron grafitis en bajo relieve para dejar una huella de su paso por El Fuerte. Hoy, ese gigante y sus tatuajes son Patrimonio Cultural Mundial de la Humanidad.