Hay tantas orquídeas como caracteres entre las personas, que por muy distintas no dejarán de verse atraídas por una de estas plantas en particular.
Imposible desatender el poder de las plantas, y la prueba acá está en el aire. Para quien piense que se trata solo de una propuesta con un lindo ambiente, recuerde que las plantas no mienten. Pues no hay cuidado más genuino y amoroso que aquel que sabe preservar y mantener algo con vida y descubre en ese acto la belleza interior de las cosas. En El Orquideario queda claro que todo el cuidado visual que se tiene por cada orquídea se traduce a la perfección en su cafetería y comida. Cuando un café es exquisito, no se puede evitar ir a probarlo, pero cuando cada una de las presentaciones que se sirven está realizada a la perfección, bueno, la visita empieza a parecer obligatoria. Y si a la ecuación le sumamos muy rica comida y una cantidad de orquídeas –una más linda que la otra– que llenan el alma, la invitación es inevitable. Cafés hay muchos, pero sentir la atracción de querer quedarse y que el momento de tomar esa bebida no termine más, ese es un placer que solo se da en ciertos lugares. El Orquideario es uno de ellos.
