Bolivia Moda

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Pablo Manzoni no es en realidad el reconocido fotógrafo que todos creen conocer, este personaje es un sastrecillo valiente que está hilvanando una historia diferente para la industria de la moda boliviana.

Con astucia, pero sobre todas las cosas, con mucho trabajo este gestor ha logrado derribar a escépticos gigantes para demostrarle al mundo que Bolivia Moda no es solo una pasarela de espigadas y bellas mujeres que visten los trabajos de diseñadores consagrados y noveles creadores, si no el escenario donde además desfilan otros eslabones de una gran cadena productiva de insospechadas dimensiones.

Manzoni da una puntada y surgen los estilistas con sus extravagantes o elegantes propuestas; hace un corte en diagonal y de allí surgen los maquilladores y sus colores; dobla por aquí, desdobla por allá y entonces aparecen los fabricantes de calzados y los de accesorios; y junto a todos ellos, más el aporte de los fotógrafos y de los medios de comunicación especializados, Manzoni y los demás valientes generan fuentes de empleo y un importante aporte al Producto Interno Bruto porque, al final de cuentas, Bolivia Moda es un desfile de buenos negocios. Quien no lo vea o entienda así, solo se quedará con lo que los reflectores le ofrecen.