Museo de San Francisco

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En la plaza San Francisco se transforma la ciudad. Como un espiral, como un prisma o como un corazón, está guardada en la oscuridad del templo una rueca, donde los espíritus hilan con sus dedos antiguos los mundos posibles con los imaginados, en los bordes de la ciudad. La rueca respira en los paceños y los transforma sin que se den cuenta. Dicen que está escondida en una de las piedras del piso del museo. Lo cierto es que la plaza San Francisco es inmune a las variaciones del tiempo. Así llegue el día en que la suspendan en el aire naves que inviertan la gravedad o solamente pueda ser visitada con autos voladores, la San Francisco seguirá siendo un lugar de piedra y silencio, donde nacen los tonos del alma de la ciudad. En la San Francisco todo es parte de la misma cosa,  uno debe procurar simplemente encontrar un lugar con buena vista y ponerse a mirar.



¿DÓNDE?

Ubicación: Plaza Mayor de San Francisco