Abundante, contemporáneo y rico con un fondo a casero que resuena en el paladar.
Sopa, segundo y postre constituyen el amén de toda casa tradicional o restaurante-pensión en Bolivia. Popular retoma estos tres pasos –propios del buen diente paceño– y ofrece un giro capaz de despertar una sonrisa en cualquier comensal local o extranjero. En esta cocina abierta, más de quince jóvenes despliegan una coreografía gastronómica digna de ver (por ejemplo, en la barra, cuatro cocineros, cual cirujanos, operan con delicadeza un mismo plato para darle forma, color y vida). Pero ojo, Popular no es pura vista nomás: ilusiona desde la entrada y cumple hasta el postre. El juego es el clásico juvenil al que nos viene acostumbrando la nueva generación de oro de la comida paceña: ingredientes e insumos locales, preparaciones y proceso elaborados; pero acá hay también un ingrediente extraganador: se juega en casa, de local. Los sabores, los platos e incluso los tiempos son un revival de la comida casera boliviana en un estilo tan particular como efectivo. Además de los colores, las combinaciones visuales y texturas, quien gana la partida acá es el gusto.