Escuela, centro de investigación, cocina. Gustu es y ha sido desde su aparición un restaurante faro. Iniciador indirecto de muchas de las nuevas propuestas e impulsor de la nueva generación de jóvenes chefs, no es nada casual que muchos de los que actualmente siguen su propio camino generando nuevas y brillantes propuestas gastronómicas hayan comenzado acá o guarden cierta relación con Gustu. Pensemos, por ejemplo, en el hecho de trabajar con ingredientes nativos o solo producidos en Bolivia. Gustu no solamente fue precursor de esta propuesta desde su inicio, sino que la misma guarda un sentido y trasfondo. Extendamos un poco: lo que la naturaleza crea en territorio boliviano, Gustu lo observa; toda planta endémica, todo fruto originario y todo producto autóctono, y de a poco también se recopilan procesos prehispánicos de cocina en expediciones anuales. Gustu es un observatorio gastronómico que nos permite conocer lo que sigue siendo inhóspito de Bolivia, incluso para sí misma. Ese es y ha sido su gran aporte, formar escuela, investigar, conocernos, y en medio cocinar como nunca nadie lo había hecho antes en Bolivia. Su propuesta y su nivel son inigualables, al igual que su cariño, dedicación y amor por la cocina. Su escuela es la de la generosidad. Gustu es un éxito y un placer cada vez que se visita.
