Electro Preste

29

Tal como lo mencionan sus creadores, el Electro Preste más que una fiesta es una experiencia. Y, como toda buena experiencia, es intransferible e intraducible, hay que vivirla. La arquitectura y la cultura neoandina son los patrones de esta fusión, una experiencia festiva masiva, híbrida e inédita en su estilo.

¿Quién dice que en La Paz no se fiestea en grande?

Hace seis años se inició un nuevo evento que en cada versión suma a más y más gente superando toda expectativa, larga vida al Electro Preste. A la fecha ya cuenta con seis versiones, y la novedad que se renueva perpetuamente año tras año la transformó ya en un clásico muy esperado. No en vano cada vez más gente de otras ciudades y países asisten a esta fiesta (fiesta queda chica) o megaexperiencia. Cholet, íconos populares de la cultura andina, banda de morenada, performances, activaciones, choliltas luchadoras y, por supuesto, más de ocho horas de experiencia sonora con música electrónica son la base para este evento de fusión cultural. A la mezcla sonora –que por momentos puede sumar ritmos de cumbia y folklore electrónicos– se le suma la fusión visual, arquitectónica y de públicos. Tanta diversidad y heterogeneidad en un mismo evento a esta altura de los Andes solo puede tener una misma base en común: el espíritu de la fiesta. Ese espectro único y melómano que mueve la tierra y hace vibrar los cuerpos al ritmo de la música, ese que genera una masa única de gente que durará mientras la tierra siga vibrando.