Angelo Colonial

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El techo bajo del pasillo de entrada es una invitación directa a otro mundo, a otro tiempo, un tiempo que se acumula en la sala, donde los objetos conviven, sin comprenderlo, con el comedor del restaurante. Es uno de esos lugares a los que no se debe ir muy acompañado. Es mejor llegar entre dos o tres, aunque también es muy recomendable ir solo. De otra manera las muñecas, los mapas, las espadas, las cacerinas, los espejos, los uniformes y los gramófonos se incomodan y se ponen nerviosos. Todas estas cosas necesitan el silencio que el lugar impone, para mirar con cierta sorna y cierto asombro, a los espíritus que sí tienen un traje finito y cotidiano.



¿DÓNDE?

Ubicación: calle Linares entre calles Sagarnaga y Tarija No. 922