Buñuelos

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Para cualquier niño la calle Calatayud es asombrosa, principalmente por el tamaño de los buñuelos que muchas veces son dos veces más grandes que sus propias cabezas. Como si se tratará de un bosque encantado, bañado en plástico, metal, ladrillo y colores, la Calatayud abre uno de sus pasajes invisibles para descubrir el refugio de las alquimistas del buñuelo a aquellos que han sabido llegar. Las carpas están tan juntas que las banquetas donde se sienta la gente son parte de un gran asiento. En medio están las mujeres que han entregado su vida y sus manos para ser parte de ese lugar. Su caldero metafísico se esconde en el sartén hirviente donde el buñuelo forja el crispido de su levadura. Y el visitante siempre termina como un criminal, con las manos enmeladas.



¿DÓNDE?

Ubicación: Calatayud eesquina Huyustus