Chocolates

Dulce pero no demasiado, con toques de sal de uyuni, con quinua, con amaranto y con un gusto tan excelso, tan suave y tan auténtico. Este es el gran chocolate boliviano. Amado por todo aquel que lo ha tocado con los labios; inhóspito y desconocido por aquellos que aún siguen a la espera del primer bocado, para enterarse en ese momento que ya son sus amantes. Ceibo y Saltus son los especímenes más sofisticados, y a la vez los más puros, dignos representantes de la mejor calidad y culpables de este irrefrenable amor.