Llauchas

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Antes de que salga el sol, el frio siempre se incrementa. Quizás el encuentro del sol y del frío es el que  permite que a las seis de la mañana confluyan en las calles dos mundos opuestos, el de lo que se levantan temprano y el de los que se acuestan tarde. Para los primeros el día todavía es una interrogante, un desafío o una jornada más de sacrificio. Para los segundos el día ya no está porque ha muerto en algún puente de la noche. A los primeros la llaucha les da fuerza, energía y placer para comenzar el día. A los segundos la llaucha les da consuelo, náuseas y conciencia para soportar los últimos coletazos de la madrugada. Lo cierto es que en el queso interior de las llauchas confluyen también los opuestos, pues es blanco como la nieve de las alturas y a la vez hirviente como el fuego de las profundidades.



¿DÓNDE?

Ubicación: Frente al Cementerio General