Digan lo que digan, la marraqueta paceña es sagrada. Hay mucha gente que viene con la cantaleta de que  conocen mejores panes, pero eso lo dicen porque no conocen las propiedades extrasensoriales de la marraqueta. Por eso no pueden  reproducirla en otros lados. Necesitan de altura, de montañas y de aire seco. Necesitan del secreto guardado por los panaderos paceños. Y solamente así  pueden hacer un pan cuyo crujido tenga la facultad de despertar rincones de la conciencia que comunican más fácil con el infinito. Y por eso la marraqueta como todo pan verdadero es también un misterio.

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¿DÓNDE?

Ubicación: Mercado Rodríguez y en cualquier tienda de esquina.